El Futuro que quieren los capitalistas
Las
organizaciones sociales de Bolivia presentes en Rio de Janeiro
criticaron al documento final “El Futuro que queremos”, elaborado por presidentes
de países de las Naciones Unidas. Tal como se preveía, ese texto
constituye un avance en la mercantilización de la naturaleza, mediante
la imposición de la “economía verde”. Líderes de
movimientos indígenas y campesinos exigieron a los gobiernos
supuestamente “progresistas”, como Bolivia y Ecuador, que sean
coherentes con sus discursos y rechacen la firma de ese acuerdo. Y que,
en cambio, discutan con los sectores populares la creación de un nuevo
sistema para enterrar de una vez al insostenible sistema capitalista, el
cual en Rio+20 ha recibido un maquillaje verde.
“En
el documento final de la cumbre de los presidentes hemos visto el
capricho de los países desarrollados en seguir nomás con el saqueo de
los recursos naturales, en seguir ganando más plata; siguen con el
interés de privatizar nuestros recursos naturales”, dijo Lucio Ayala
Siripi, secretario de Tierra y Territorio de la Confederación de Pueblos
Indígenas de Bolivia (CIDOB).
“Se
ve que han metido dos párrafos que hablan de respetar a la Madre Tierra
y los derechos de los pueblos indígenas. Así, ellos dicen que han
incluido nuestras necesidades, pero no es más que otra mentira que nos
quieren hacer creer. La verdadera intención de los países desarrollados
es continuar con el despojo de nuestros recursos y nuestros territorios”, dijo Ayala, del pueblo Cavineño.
En
la cumbre de presidentes de Rio+20, “los países desarrollados imponen
su plan de ambición. Ahora, como pueblos indígenas debemos seguir la
lucha por la defensa de nuestros derechos, de nuestros territorios, y
seguir denunciando esta situación hasta lograr que escuchen nuestras
voces”, agregó.
La
Asociación Nacional de Regantes y Sistemas Comunitarios de Agua Potable
(ANARESCAPYS) se pronunció en la Cumbre de los Pueblos. “El
documento final mantiene los lineamientos del capitalismo, sigue con
las recetas antiguas. Se le han metido artículos referidos a la Madre
Tierra, dicen que al desarrollo se lo debe ver de otra forma, incluso
están tratando de incluir el tema del Vivir Bien. Puede ser que estas
ideas queden de alguna manera en el documento final, pero se mantiene el
concepto de desarrollo capitalista. Esto nos preocupa, porque en realidad todo sigue como estaba”, dijo Romer Salazar, de ANARESCAPYS.
Cuando
hablaron en la sala de las Naciones Unidas, presidentes como Evo
Morales y Rafael Correa rechazaron la “economía verde”, pero aún es una
incógnita si adherirán o no con sus firmas al documento oficial
intitulado “El Futuro que queremos”. “Les pido que sean
coherentes con su discursos. Si lo hicieran, no deberían aprobar la
imposición de la ‘economía verde’. Pero detrás de ellos hay muchos
intereses de empresas transnacionales”, dijo Salazar.
Como regante, el representante de ANARESCAPYS está preocupado por el destino del agua del planeta. “Este
es un tema crítico que afecta directamente a las comunidades. En Rio de
Janeiro escuchamos muchos discursos en defensa del agua, y eso es
bueno, porque el agua es vida. Pero la cumbre oficial de Rio+20 es muy
cerrada, muy sorda de lo que dice la sociedad. Y buscan más la
mercantilización de la naturaleza. Todo esto nos lleva a continuar la
lucha contra el modelo capitalista”, agregó.
“En
Rio+20 quedó claro que para ellos el fin es conseguir más dinero, más
ganancias. En cambio, para nosotros el fin es la vida. Mientras ellos
(los líderes de las Naciones Unidas) no entiendan esto, va a
ser difícil que cambiemos de modelo. Mientras tanto, los pueblos
indígenas y campesinos somos los primeros afectados. Más ahora con tema
del cambio climático, que afecta directamente a nuestras familias.
Siempre ha sido así en la historia: un grupo pequeño domina, otro grupo
muy grande debe soportar todos los perjuicios que ocasionan los que
dominan”, dijo el representante de los regantes.
En
esta ciudad brasileña también está tata Rafael Quispe Flores, exmallku
del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) y
participante de la Novena Marcha Indígena Originaria, en defensa de los
derechos de los pueblos indígenas y especialmente del Territorio
Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), por donde el
presidente Evo Morales pretende construir una carretera que destruiría
el ecosistema y los modos de vida de tres pueblos indígenas: el Chimán,
el Mojeño y el Yuracaré.
“La
Cumbre de 1992 buscaba establecer un desarrollo sostenible en el mundo.
Pero en estos 20 años vimos cómo se ha profundizado la crisis
ambiental. Y en los países desarrollados no hay ninguna intención de
bajar sus emisiones de gases contaminantes, también rechazan tener
‘responsabilidades comunes pero diferenciadas’, que adquirieron los
países desarrollados, porque históricamente generaron casi todos los
gases de efecto invernadero”, evaluó Quispe..
En
la Cumbre de Rio+20 “pretenden consolidar otro sistema de colonialismo,
para seguir enriqueciéndose a costa de la riqueza de la Madre Tierra. Y
esta no es ninguna solución para los pueblos. Enfrentar la crisis del
medio ambiente provocada por la humanidad no es un tema técnico, sino
que requiere una decisión política para cambiar el modelo de desarrollo.
Si no existe esta decisión política, el mundo se va a ir a la
catástrofe dentro de 30 años”, dijo.
“El
documento ‘El Futuro que queremos’ vulnera nuestros derechos, porque no
garantiza la libre determinación, la autonomía no el autogobierno de
los pueblos indígenas. En Rio+20 se habla de ‘desarrollo sostenible’:
podemos ver lo de ‘desarrollo’, pero no lo de ‘sostenible’. Ese
documento menciona a los indígenas y a la Madre Tierra, pero como una
cuestión espiritual, folclórica, como un maquillaje. Porque no toman en
cuenta nuestras propuestas para hacer un cambio estructural”, dijo Quispe, del pueblo Aymara.
“Le
toca a la sociedad presionar a los presidentes para evitar la
destrucción de este mundo. Estoy seguro de que incluso el gobierno de
Bolivia va a firmar ‘El Futuro que queremos’, porque es sumiso a los
intereses del capitalismo. El gobierno boliviano es desarrollista,
consumista, y no va a cambiar”, dijo el exmallku.
“Los
pueblos indígenas proponemos establecer una nueva visión de desarrollo.
Incluso tenemos propuestas específicas, como el modelo de desarrollo de
la Madre Tierra. Es una propuesta que debemos socializar con todos los
pueblos”, evidenció Quispe.
(Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático)