El Encuentro de Corregidores del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) debía comenzar mañana en la comunidad Gundonovia, distante a 24 horas en bote de Trinidad. Pero una serie de obstáculos tendidos por organismos del Gobierno nacional imposibilita a las organizaciones indígenas comprar combustible para el largo viaje por los ríos. En la capital beniana, la Central de Pueblos Étnicos Mojeños de Beni (CPEMB) indicó que mañana recién partiría la comisión de indígenas, representantes de organizaciones sociales y medios de comunicación hacia Gundonovia, donde también acampa un grupo de militares, según Miriam Yubánore, vicepresidenta de la central mojeña.
“Hay varias regionales de la CIDOB (Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia) que van a ir junto con nosotros. También va otra organización de jóvenes activistas, para que conozcan el TIPNIS, cómo vive la gente ahí y, más que todo, las necesidades que hay adentro. Para que sepan que en el TIPNIS quieren que se los respete a ellos y a su territorio. Ya estamos alistados y esperando a que en pocas horas podamos salir hacia las comunidades. Aunque es difícil partir de acá. El tema del combustible nos está atorando”, dijo Yubánore.
El tema del combustible, que tiene varadas a cien personas en Trinidad, “no es un tema de ayer”, comentó Fernando Vargas Mosúa, presidente de la Subcentral de comunidades del TIPNIS. “Desde 1997, nuestra subcentral tiene convenios de coadministración del TIPNIS, firmados con organismos del Estado. En 2007 se ha vuelto a firmar el convenio con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP). En el marco de ese convenio, se otorga a la subcentral del TIPNIS una cantidad, un cupo de combustible que siempre se necesita cuando se hacen encuentros de este tipo. Ahora, aquí han recibido órdenes para que no se entregue ni una gota de gasolina sin el permiso del organismo de Sustancias Controladas. Es una falta de respeto, es una violación a este convenio de coadministración que hemos firmado. Por ello hay un retraso en la salida de la delegación que va hasta la comunidad de Gundonovia para iniciar mañana la reunión, una reunión tan importante, donde se van a tomar decisiones sobre el destino del TIPNIS y la vida de los pueblos indígenas que habitamos allí”, que los pueblos Mojeño, Yuracaré y Chimán.
Territorio militarizado
“El Gobierno está trabándonos por todos lados. Está haciendo abuso de poder, incide en todas las instancias para que no podamos acudir a pedir apoyo a nadie. Ahora nos atora con Sustancias Controladas, donde nos sacan una cosa, nos piden otra cosa y al final nos dan muchas vueltas. Para este viaje necesitamos una buena cantidad de combustible para hacer la devolución a los corregidores, porque los corregidores tienen sus propios motorcitos y los usan para bajar. Ahí hay que hacerles la devolución de combustible para que retornen hasta sus comunidades”, contó Yubánore.
“Ahorita el problema más grande es que no tenemos permiso de combustible. Si vamos por el río Isiboro o el Mamoré con toda la carga y la gente se pueden aparecer los Umopares (policías de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural) porque siempre hacen controles ellos a las embarcaciones. Si no tenemos permiso nos pueden quitar el combustible”, explicó la dirigenta de la CPEMB, nacida en el TIPNIS.
“El TIPNIS está ahorita militarizado. Hay militares dentro de las comunidades, eso es lo peor: nunca se ha visto. En este tiempo el Gobierno manda a los militares y los hace acampar dentro de la comunidad. Sabemos que los militares van y hacen sus recorridos, navegan por ahí, hacen su trabajo, pero no dentro de la comunidad. Siempre lo hacen fuera de la comunidad. Pero ahora están dentro de la comunidad. Y nosotros, como organizaciones, repudiamos ese atropello que está haciendo el Gobierno, esa manipulación de las Fuerzas Armadas: a ellas está utilizando para que lleven alimentos y otras necesidades. Sabemos que la gente necesita, pero tampoco el Gobierno puede aprovecharse de esa necesidad de los hermanos de las comunidades. El Gobierno no les puede llevar un chicle a cambio de la carretera: sabemos que es su obligación el Gobierno y del Estado ayudar a las comunidades con proyectos, con ayuda humanitaria, pero sin ningún compromiso”, dijo Yubánore.
“También el Gobierno ha entrado a hacer reuniones al TIPNIS. Pero la gente de las comunidades les ha cerrado la puerta, les ha dicho: ‘No. Respétennos, estamos en nuestra casa. Aquí no van a venir a imponernos’. Me alegra mucho que se hagan respetar los comunarios dentro de sus comunidades, porque ellos tienen su reglamento, su estatuto orgánico de la organización del TIPNIS. Esa es una ley que ellos mismos han hecho para que nos respeten también, para que otra gente que venga de afuera también nos respete. Consideramos que el estatuto es la ley del territorio, que se debe respetar”, agregó la vicepresidenta.
“En Gundonovia, la comunidad donde se va a llevar adelante el Encuentro de Corregidores, ahí ya están los militares con su campamento. Así están vulnerando el derecho de las comunidades. El Gobierno va a intimidarnos, a atropellarnos en cada espacio. En Gundonovia hay alumnos de un colegio internado, hartos alumnos de comunidades del TIPNIS. Ahora no pueden salir a jugar ni a pescar, porque están armados los militares y cualquier cosa pueden hacer. En el territorio las hermanas y hermanos no pueden vivir así, militarizados. Ahorita viven encerrados en su propia casa, en su propio territorio. Esperamos llegar sin ninguna novedad a la comunidad y que ahí los corregidores decidan sacar a los militares de la comunidad”, dijo Yubánore.
“En varias ocasiones el TIPNIS ha aplicado su autonomía para defender el territorio, para que se lo respete. Esperemos que ahora se lo siga haciendo para demostrar al Gobierno que el TIPNIS es autónomo, que puede manejarse solo, siempre y cuando el Gobierno no esté atropellando, como está haciendo ahora”, dijo la dirigenta de la CPEMB.
La amplia delegación que asistirá al Encuentro de Corregidores, además de los militares ya acantonados, “van escuchar a la gente que vive dentro. Las regionales de las diferentes organizaciones van a escuchar a las mismas bases. Nosotros, como dirigentes, podemos manifestar y hacer escuchar a la ciudadanía lo que dice la gente de allá. Esperemos que los medios de comunicación que van a ingresar saquen toda la información que hay en el territorio. Queremos que la gente escuche y se entere de que son las comunidades las que no quieren la carretera por adentro del TIPNIS. No somos nosotros como dirigentes los que decimos que no queremos la carretera. Más bien, nosotros respetamos el mandato de las bases, porque nos debemos a ellas. Hay resoluciones, hay actas de reuniones en las que dicen que no quieren la carretera. No se va a hacer la carretera y el Gobierno tiene que aceptar la decisión de este Encuentro de Corregidores”, dijo Yubánore.
La ayuda de las ciudades
“Sabemos que las organizaciones sociales siempre nos han apoyado, desde el primer día que hemos partido en la octava marcha; desde el primer día en que se supo que al TIPNIS se lo tenía que respetar nos están apoyando. Esperamos que nos sigan apoyando. A veces hay gente que no conoce dentro del TIPNIS pero igual están luchando –se sorprendió la dirigenta de la CPEMB-. Nosotros nos alegramos, felicitamos mucho a esa gente que se pone en defensa no solo del TIPNIS, sino también de toda la naturaleza de Bolivia”.
“En La Paz, en Cochabamba, en Santa Cruz hemos estado informando, debatiendo, esto hemos dado a conocer. Sabemos que en las ciudades muchos nos apoyan, que están dispuestos a volver a marchar con nosotros. En esta novena marcha que se viene no van a ser solo los 36 pueblos indígenas de Bolivia, también van a estar las organizaciones sociales de los nueve departamentos”, aseguró la mojeña.
Como Quintana por su casa
Fernando Vargas Mosúa relató al detalle una de las incursiones del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, por el TIPNIS. Como casi siempre, Vargas empezó su alocución con “un saludo al pueblo boliviano. Es importante que una vez más conozcamos cómo el Gobierno vulnera el Estado de Derecho en este país. Lamentablemente, creíamos que don Juan Evo Morales iba a hacer unas acciones en el país, pero se ha dejado sorprender con que el cargo ahora le quede muy grande. No es que a uno lo hace su cargo, sino que uno tiene que hacerlo al cargo. Pero lamentablemente así están las cosas. A raíz de esto ha venido toda una artillería de trabajos del ministro Quintana, que se ha reunido varias veces aquí en Trinidad con el Alcalde de San Ignacio de Moxos, el Subgobernador y el Presidente del Concejo Municipal de San Ignacio. Entre ellos prepararon un plan de ingreso al TIPNIS. Por ello el propio ministro Quintana ingresó en los primeros días de marzo al TIPNIS, por la ruta del río Sécure. Fue por Santa María, llegó hasta la comunidad Nueva Galilea. Cuando llegó allí, el corregidor les preguntó quiénes eran. Quintana le dijo ‘somos una comisión’. El corregidor le preguntó cómo se llama. Quintana le dijo: ‘Yo no tengo por qué dar mi nombre’. Imagínense a un ministro actuando de esa naturaleza allá, donde no hay prensa, él cree que allá se hace lo que se quiere. ‘Quiero hablar con el corregidor’, dijo Quintana.
-Con el corregidor está hablando.
-¿Cómo se llama usted?
-Como ustedes no quieren decir cómo se llaman, tampoco yo le digo cómo me llamo. Quiero saber a qué vienen –dijo el corregidor.
-Nosotros somos gente del Gobierno. Venimos acá porque queremos conocer sus demandas, sus necesidades.
-¿Por qué recién se acuerdan ahora? ¿Dónde está el permiso de nuestra organización? ¿Por qué no hay un dirigente con ustedes?
-Nosotros no necesitamos pedir permiso a nadie. Nosotros nos entramos, somos el Gobierno.
“Entonces ahí hubo una discusión. El corregidor les dijo: ‘Este es un territorio indígena, aquí no se entra nadie sin permiso. Las puertas para entrar acá son nuestra organización. Pero como ustedes no han coordinado, no podemos dejar que continúen”, relató Vargas.
-Vos tenés que respetarme- dijo que dijo Quintana.
-Si quiere que lo respete, respéteme usted primero a mí -dijo el corregidor.
“La comunidad se paró y le dijo a los del Gobierno: ‘Ustedes no entran. No porque el corregidor lo diga, sino porque nosotros también lo decimos’. Entonces Quintana decidió irse. Pero antes llamó a un lado al corregidor y le dijo: ‘En todo lo que has dicho tenés la razón. Estás en tu derecho de decirnos eso’”, contó el presidente de las comunidades del TIPNIS. Según la narración de la subcentral, el Ministro de la Presidencia amarró en Gundonovia, donde dejó algunos regalos comprados con dinero del pueblo boliviano.
“Queremos resaltar la actitud con la que está actuando el Gobierno. Han llevado a las comunidades un rollito de cartulina, un juego de poleras, una pelota, cuatro mochilas. De ahí hicieron el compromiso de llevar motores, antenas parabólicas, paneles solares. Uno de los funcionarios de la Alcaldía de San Ignacio me dijo que ‘esto es plata del POA (Programa Operativo Anual)’ ¡Utilizan la plata del distrito para decir ‘esto traemos’! Es una vergüenza y una falta de respeto. La dignidad de cualquier boliviano no cuesta pues cinco cartulinas. No cuesta un juego de poleras o una pelota. La dignidad no tiene precio”, dijo el dirigente del TIPNIS.
(Por la Comisión de Comunicación Indígena)
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