“¡Vamos!”, se empezó a escuchar esta mañana en el campamento de San
Borja, donde la Octava Marcha Indígena se detuvo durante una semana a
la espera de lograr acuerdos con el gobierno nacional sobre los
reclamos de los 36 pueblos originarios de Bolivia. Con calma, los
marchistas desarmaron sus campings –los que tienen camping- acomodaron
sus bultos y se alistaron para seguir hasta La Paz, una caminata con
algunas incertidumbres, como la reacción que podrían tener las decenas
de cocaleros afines al gobierno de Evo Morales que bloquean en Yucumo,
50 kilómetros más adelante, para no permitir el paso de la marcha.
Esta tarde, más de mil marchistas pararon en Horeb, una comunidad
Chimán, para recordar a Eddy Martínez Rivero, cacique de la
Organización Indígena Chiquitana (OICH) fallecido en el accidente del
avión de Aerocon en la ciudad de Trinidad.
“Ahora estamos con más fuerza, con tantas agresiones públicas que se
escuchan por parte del gobierno. Terminamos de enterarnos de que un
hermano más de nosotros ha fallecido en el avión que se ha caído y eso
nos da fortalezas. Que el Señor nos perdone a nuestro hermano y lo
tenga en buen lugar. Nosotros vamos a seguir luchando y él, desde
donde está, que nos ayude también para poder defender los territorios
y los derechos de los pueblos indígenas”, dijo con su bandera
boliviana en alto Haydé Ortíz, del pueblo Mojeño Trinitario.
“Tenemos tres hermanos muertos porque esa es nuestra vida y tenemos
que luchar hasta morir, hemos dicho nosotros, y eso es lo que estamos
haciendo. Ahora, si el presidente Evo Morales dice que aquí los
indígenas estamos como turistas, yo como mujer de Beni lo invito a que
venga de turismo conmigo, así va a saber qué comemos, cómo dormimos y
cuánto andamos a diario. Yo lo invito al señor Presidente, que vea que
con la edad que tengo sigo con los ánimos altos para poder defender
mis derechos como mujer y defender mi territorio”, dijo la mojeña,
representante de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni
(CPEMB).
“El Presidente no ha querido venir ¿Será que nos tiene asco? Pero yo
creo que no somos tan hediondos como nos han dicho, que somos salvajes
y esas cosas. El Presidente tiene que venir a ver si realmente somos
salvajes, como dice su gente”, dijo en referencia a las declaraciones
del secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Roberto Coraite, quien
había afirmado que los indígenas deberían tener carreteras para dejar
de ser “salvajes”, entre otros elogios.
Una confederación campesina también aliada al gobierno del Movimiento
Al Socialismo (MAS) es la Confederación Sindical de Comunidades
Interculturales de Bolivia (CSCIB), que patrocina el bloqueo en Yucumo
para atemorizar a los casi dos mil marchistas y obligarlos a negociar
con los ministros de Morales. “Los bloqueos son los bloqueos, nosotros
no tenemos nada que ver con eso. No estamos contra ellos ni estamos
afectando intereses de ellos para que tengan que bloquear. Yo creo que
las carreteras son libres de transitar y como ciudadanas y ciudadanos
bolivianos tenemos todo el derecho de hacerlo. Y el que interrumpa,
pues será su problema”, dijo Ortíz, quien es la cantautora oficial de
la octava marcha.
“Aquí todos vivimos en un territorio indígena –aclaró ella-. Si la
carretera pasa por el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure) todos los territorios serán afectados. Por eso tenemos
que defenderlo, porque lo que pase a uno pasará a los demás”.
Hoy a las 16 la marcha reanudó su viaje, comenzado el 15 de agosto
pasado en la ciudad de Trinidad. Encabezaba la marcha, como se hizo
costumbre, “Romero” (Romerito para los amigos), un perrito flaco y
manso con la firme determinación de avanzar. Se hizo conocido llegando
a San Borja, cuando los medios mostraron a un can vestido con un
chaleco que decía “Romero” de un lado y “Delgadillo” del otro. Por si
queda alguna duda, su ropa se refería a los ministros de la
Presidencia, Carlos Romero; y de Obras Públicas, Walter Delgadillo,
dos de los tantos ministros que llegaron hasta la movilización para
asegurar que -en los planes del gobierno nacional- la carretera pasa
por dentro del TIPNIS sí o sí. La imposibilidad de avanzar en este
punto –el primero de las 16 demandas de los marchistas- hizo que los
indígenas volvieran a levantar polvareda con sus pasos.
Romerito correteaba entre las piernas de los marchistas completamente
desnudo. “Le lavamos su chaleco y se lo llevó el viento”, informó una
hermana marchista.
“Estamos con más ánimo, con más fuerza para llegar a la ciudad de La
Paz. El gobierno no ha podido solucionar nuestro pedido de ninguna
manera, se ha aplazado totalmente porque no tiene poder de decisión”,
dijo –whipala en mano- tata Walberto Baraona, mallku de Medio Ambiente
del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ).
Para el líder quechua, lo único que les queda es llegar a La Paz para
charlar con el Presidente. “Han venido ministros con poder de
decisión, pero no han dado solución. En ellos ya no tenemos la
confianza, ya no es coherente recibirlos a ellos para poder dialogar
de cualquier tema. Tendríamos que llegar a la ciudad de La Paz”, dijo.
“Con agua/ sin agua/ la marcha continúa”, coreaban algunos marchistas,
sin rima pero con mucha actitud.
“Evo ¿dónde estás?/ nos vemos en La Paz”, cantaban cuando faltaban 368
kilómetros para llegar, según el mojón al lado del camino.
El legislador mojeño Pedro Nuni quedó como uno de los líderes de la
marcha, ya que otros dirigentes habían ido a Trinidad para buscar a
Eddy Martínez. Todos los marchistas estaban tristes por la pérdida de
ese hermano que días atrás había intervenido varias veces en el
diálogo de San Borja para decir algunas verdades a los ministros.
“Lamentablemente, nuestro hermano ha muerto en su intento de
reincorporarse a la marcha. Había retornado a Santa Cruz para realizar
gestiones de apoyo a la marcha y para firmar alguna documentación. El
cuerpo ha sido recuperado y ya lo están trasladando a la localidad de
San Matías, en la frontera con Brasil, de donde es natural él. Los
hermanos de la OICH están con un dolor tan grande que se han quedado
en el campamento de San Borja, sin embargo el grueso de la marcha ha
decidido avanzar como muestra de valentía, coraje y voluntad de seguir
adelante, porque es justo lo que venimos reclamando”, dijo Nuni.
“Por el dolor que nos causa esta muerte, vamos a quedarnos a pasar la
noche en Horeb (a cuatro kilómetros de San Borja), en instalaciones de
los hermanos indígenas chimanes, para hacer una actividad simbólica,
un velatorio en memoria de Eddy Martínez Rivero”, agregó el
asambleísta.
“La marcha continúa con todo. Sabemos que están viniendo a
incorporarse a la marcha muchos hermanos todavía. Vamos a continuar
mientras el gobierno nacional no pueda bajar con humildad y con
propuestas claras para los pueblos indígenas, así podremos tratar de
solucionar nuestros problemas”, dijo el mojeño.
(Por Comisión de Comunicación)
Borja, donde la Octava Marcha Indígena se detuvo durante una semana a
la espera de lograr acuerdos con el gobierno nacional sobre los
reclamos de los 36 pueblos originarios de Bolivia. Con calma, los
marchistas desarmaron sus campings –los que tienen camping- acomodaron
sus bultos y se alistaron para seguir hasta La Paz, una caminata con
algunas incertidumbres, como la reacción que podrían tener las decenas
de cocaleros afines al gobierno de Evo Morales que bloquean en Yucumo,
50 kilómetros más adelante, para no permitir el paso de la marcha.
Esta tarde, más de mil marchistas pararon en Horeb, una comunidad
Chimán, para recordar a Eddy Martínez Rivero, cacique de la
Organización Indígena Chiquitana (OICH) fallecido en el accidente del
avión de Aerocon en la ciudad de Trinidad.
“Ahora estamos con más fuerza, con tantas agresiones públicas que se
escuchan por parte del gobierno. Terminamos de enterarnos de que un
hermano más de nosotros ha fallecido en el avión que se ha caído y eso
nos da fortalezas. Que el Señor nos perdone a nuestro hermano y lo
tenga en buen lugar. Nosotros vamos a seguir luchando y él, desde
donde está, que nos ayude también para poder defender los territorios
y los derechos de los pueblos indígenas”, dijo con su bandera
boliviana en alto Haydé Ortíz, del pueblo Mojeño Trinitario.
“Tenemos tres hermanos muertos porque esa es nuestra vida y tenemos
que luchar hasta morir, hemos dicho nosotros, y eso es lo que estamos
haciendo. Ahora, si el presidente Evo Morales dice que aquí los
indígenas estamos como turistas, yo como mujer de Beni lo invito a que
venga de turismo conmigo, así va a saber qué comemos, cómo dormimos y
cuánto andamos a diario. Yo lo invito al señor Presidente, que vea que
con la edad que tengo sigo con los ánimos altos para poder defender
mis derechos como mujer y defender mi territorio”, dijo la mojeña,
representante de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni
(CPEMB).
“El Presidente no ha querido venir ¿Será que nos tiene asco? Pero yo
creo que no somos tan hediondos como nos han dicho, que somos salvajes
y esas cosas. El Presidente tiene que venir a ver si realmente somos
salvajes, como dice su gente”, dijo en referencia a las declaraciones
del secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Roberto Coraite, quien
había afirmado que los indígenas deberían tener carreteras para dejar
de ser “salvajes”, entre otros elogios.
Una confederación campesina también aliada al gobierno del Movimiento
Al Socialismo (MAS) es la Confederación Sindical de Comunidades
Interculturales de Bolivia (CSCIB), que patrocina el bloqueo en Yucumo
para atemorizar a los casi dos mil marchistas y obligarlos a negociar
con los ministros de Morales. “Los bloqueos son los bloqueos, nosotros
no tenemos nada que ver con eso. No estamos contra ellos ni estamos
afectando intereses de ellos para que tengan que bloquear. Yo creo que
las carreteras son libres de transitar y como ciudadanas y ciudadanos
bolivianos tenemos todo el derecho de hacerlo. Y el que interrumpa,
pues será su problema”, dijo Ortíz, quien es la cantautora oficial de
la octava marcha.
“Aquí todos vivimos en un territorio indígena –aclaró ella-. Si la
carretera pasa por el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure) todos los territorios serán afectados. Por eso tenemos
que defenderlo, porque lo que pase a uno pasará a los demás”.
Hoy a las 16 la marcha reanudó su viaje, comenzado el 15 de agosto
pasado en la ciudad de Trinidad. Encabezaba la marcha, como se hizo
costumbre, “Romero” (Romerito para los amigos), un perrito flaco y
manso con la firme determinación de avanzar. Se hizo conocido llegando
a San Borja, cuando los medios mostraron a un can vestido con un
chaleco que decía “Romero” de un lado y “Delgadillo” del otro. Por si
queda alguna duda, su ropa se refería a los ministros de la
Presidencia, Carlos Romero; y de Obras Públicas, Walter Delgadillo,
dos de los tantos ministros que llegaron hasta la movilización para
asegurar que -en los planes del gobierno nacional- la carretera pasa
por dentro del TIPNIS sí o sí. La imposibilidad de avanzar en este
punto –el primero de las 16 demandas de los marchistas- hizo que los
indígenas volvieran a levantar polvareda con sus pasos.
Romerito correteaba entre las piernas de los marchistas completamente
desnudo. “Le lavamos su chaleco y se lo llevó el viento”, informó una
hermana marchista.
“Estamos con más ánimo, con más fuerza para llegar a la ciudad de La
Paz. El gobierno no ha podido solucionar nuestro pedido de ninguna
manera, se ha aplazado totalmente porque no tiene poder de decisión”,
dijo –whipala en mano- tata Walberto Baraona, mallku de Medio Ambiente
del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ).
Para el líder quechua, lo único que les queda es llegar a La Paz para
charlar con el Presidente. “Han venido ministros con poder de
decisión, pero no han dado solución. En ellos ya no tenemos la
confianza, ya no es coherente recibirlos a ellos para poder dialogar
de cualquier tema. Tendríamos que llegar a la ciudad de La Paz”, dijo.
“Con agua/ sin agua/ la marcha continúa”, coreaban algunos marchistas,
sin rima pero con mucha actitud.
“Evo ¿dónde estás?/ nos vemos en La Paz”, cantaban cuando faltaban 368
kilómetros para llegar, según el mojón al lado del camino.
El legislador mojeño Pedro Nuni quedó como uno de los líderes de la
marcha, ya que otros dirigentes habían ido a Trinidad para buscar a
Eddy Martínez. Todos los marchistas estaban tristes por la pérdida de
ese hermano que días atrás había intervenido varias veces en el
diálogo de San Borja para decir algunas verdades a los ministros.
“Lamentablemente, nuestro hermano ha muerto en su intento de
reincorporarse a la marcha. Había retornado a Santa Cruz para realizar
gestiones de apoyo a la marcha y para firmar alguna documentación. El
cuerpo ha sido recuperado y ya lo están trasladando a la localidad de
San Matías, en la frontera con Brasil, de donde es natural él. Los
hermanos de la OICH están con un dolor tan grande que se han quedado
en el campamento de San Borja, sin embargo el grueso de la marcha ha
decidido avanzar como muestra de valentía, coraje y voluntad de seguir
adelante, porque es justo lo que venimos reclamando”, dijo Nuni.
“Por el dolor que nos causa esta muerte, vamos a quedarnos a pasar la
noche en Horeb (a cuatro kilómetros de San Borja), en instalaciones de
los hermanos indígenas chimanes, para hacer una actividad simbólica,
un velatorio en memoria de Eddy Martínez Rivero”, agregó el
asambleísta.
“La marcha continúa con todo. Sabemos que están viniendo a
incorporarse a la marcha muchos hermanos todavía. Vamos a continuar
mientras el gobierno nacional no pueda bajar con humildad y con
propuestas claras para los pueblos indígenas, así podremos tratar de
solucionar nuestros problemas”, dijo el mojeño.
(Por Comisión de Comunicación)
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