Vigilia indígena:
“Estaremos hasta las últimas consecuencias”
La vigilia de la Novena Marcha Indígena Originaria está
frente a la Vicepresidencia del Estado, el Banco Central de Bolivia
(instituciones que permanecen cerradas) y la Alcaldía de la ciudad de La Paz.
Desde hace una semana quisiera entrar a la plaza Murillo, kilómetro cero del
país, pero la Policía Nacional mantiene valladas todas las calles de entrada,
las cuales custodia con la persuasión de palos, gases y resguardados por un
carro Neptuno. Desde que llegaron los caminantes, no pasa día sin que el gobierno
de Evo Morales intente herir a la marcha: al ministro Carlos Romero no le
importa con quién se reúna, siempre que eso implique darle dinero a un par de
marchistas para que se esfumen de esta ciudad y de esta vigilia. El presidente
Morales se considera enemigo de la Confederación de Pueblos Indígenas de
Bolivia (CIDOB) y del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu
(CONAMAQ), dos matrices indígenas nacionales que contribuyeron hasta con sangre
para que el aymara ocupe el Palacio Quemado. Ayer, el Qhapak Uma Suyu, uno de
los 16 suyus del CONAMAQ, trató de tomar la sede nacional de la organización,
acompañado por la Policía.
Hoy, a las 10, empieza en la Garita de Lima la Marcha de las
Berthas, organizada por Mujeres Creando y las mujeres de la Novena Marcha, en
defensa de Bertha Bejarano y todas las indígenas. El gobierno de Morales dijo
que tiene demasiada calidad moral –valga la redundancia- para dialogar con una
dirigenta como Bejarano, acusada de haber llevado cápsulas de cocaína en su
estómago a Brasil en 2007. Esta movilización concluirá en la vigilia, cerca de
la plaza Murillo.
La vigilia ocupa las calles Ayacucho y Mercado, flanqueada
por los altos edificios del centro paceño. Decenas de campings, indígenas de
pie hablan con citadinos que apoyan su lucha, indígenas sentados en escalones
de edificios, en bancos, niñas y niños que juegan, niñas y niños que
inauguraron latas para que los peatones metan monedas. Hay algunos tachos que
de noche sirven para dar calor, pero de día son botaderos de cáscaras diversas,
papeles de pastillas, coca mascada, etcétera, que junto a las brasas de anoche
sueltan un olor de combinación rara.
Rodeada por tantas construcciones tan altas, la calle Mercado
queda sin luz del sol temprano; a las cinco de la tarde ya los últimos campings
quedan en la sombra. Pero a las cinco y veinte, las ventanas del edificio del
BCP, en la esquina de Colón, reflejan fuertemente el ocaso, así iluminan por
unos últimos minutos las caras de las y los marchistas, quienes juntan
hastío-tristeza-cansancio-aburrimiento mientras esperan algo que –según el
presidente- es imposible: hablar con él.
“El MAS quiere
descabezar a las organizaciones indígenas”
Ayer por la mañana, la sede del CONAMAQ, en el barrio de
Sopocachi, estaba custodiada por policías quienes habían ido “por órdenes
superiores para evitar enfrentamientos”. Allí iba a realizarse un encuentro de
exautoridades del Consejo. Pero si entraban los de Qhapak Uma Suyu, aliados del
partido del presidente Morales, posiblemente se habrían instalado en las
oficinas y hubieran buscado que los sacaran sus hermanos por la fuerza. A la
espera de que ello sucediera estaban los uniformados allí, enviados por el
Ministerio de Gobierno, lo mismo que los indígenas del CONAMAQ pasados –por
propia conveniencia- al bando masista.
“Algunos mallkus se han prestado a los fines del Movimiento
Al Socialismo (MAS) y hoy han coordinado para que fueran intervenidas las
oficinas del CONAMAQ. Denunciamos estas acciones del Qhapak Uma Suyu, que desde
el principio ha sido afín al MAS. En este momento, nuestra oficina está
intervenida por las autoridades del Qhapak Uma Suyu, con policías. Ellos han
debido coordinar con el Presidente para presionarnos a las máximas autoridades
elegidas por consenso. Dicen ellos que quieren descabezar a la máxima
autoridad, que es mi persona. Eso no se puede hacer, para solucionar todo esto
tenemos -según estatuto orgánico- cabildos orgánicos, consejos de consejos o
Mara Tantachawi. El Qhapak Uma Suyu ha sido expulsado del CONAMAQ por determinación
de todos los suyus. También han sido desconocidas tres autoridades, tres tatas,
porque han cometido faltas, no han respondido al estatuto orgánico. Esto es
algo que vamos a solucionar entre los 16 suyus”, dijo Félix Becerra, jiliri apu
mallku del CONAMAQ.
“Lo mismo que hace el Gobierno para dividir a la CIDOB está
haciendo con el CONAMAQ. Por esa razón ha sido expulsado el Qhapak Uma Suyu. El
MAS quiere descabezar a las organizaciones legítimas de los pueblos indígenas.
Pero nosotros vamos a seguir firmes, no vamos a dejar que nos maneje
políticamente el Gobierno. Queremos que responda a nuestra plataforma de
demandas que tenemos como Novena Marcha.
“Así de abusivo es el
Gobierno”
Alguien llevó un parlante y un micrófono a la vigilia para
que hable quien quiera hablar y fuera escuchado por hartos, para hacer debate.
El primero en expresarse y responder preguntas fue Adolfo Chávez, presidente de
la CIDOB.
“Esos niños están extrañando su tierra natal, por eso los ven
con su cajita pidiendo algo, porque quieren comprarse un sábalo pa’ devorar,
pa’ comer ¿Cuánto cuesta aquí un kilo de sábalo? Cuesta 50 bolivianos. Pero en
su territorio, ellos van libremente con su anzuelo y su flecha al río para
regresar con su sartada de pescado. A eso quiere el Gobierno llevar a todos los
pueblos indígenas: quiere vernos de miserables y en las avenidas, en las
rotondas, al frente de la Iglesia para pedir un mísero centavo. Yo le pido al
pueblo boliviano que nos ayude a defender lo que es patrimonio de todos los
bolivianos, de ustedes son también las áreas protegidas, para ustedes también
estamos conservando, para que respiren sus hijos y nuestros hijos. Aquí en la
ciudad hay hartas movilidades circulando. Pero nosotros allá, en nuestra
vivencia, con nuestra cultura, nuestros árboles y ríos, ayudamos a ustedes a
que puedan respirar aire puro también. Hermanos, si no nos van a defender tal
vez nos vamos a disecar al lado de esas cajitas junto a nuestros niños. Tal vez
otros dicen que somos unos mendigos: en nuestros territorios no somos mendigos,
somos riquísimos”, dijo Chávez.
“¿Por culpa de quién estamos aquí para que no haya diálogo?
Por culpa del Presidente y del Vicepresidente. Es por capricho del Gobierno,
que no quiere hablar de igual a igual. Nosotros hemos dicho que estaremos hasta
las últimas consecuencias al lado de nuestros niños. Lo que están haciendo los
niños no es culpa de los niños: es culpa del Gobierno, que no quiere dialogar”,
dijo el presidente de la CIDOB.
Un periodista de un medio privado cuestionó a Chávez sobre el
acuerdo que firmó la noche anterior el gobierno de Morales con 46 señores en
gran medida sacados del sombrero del MAS para dividir al Territorio Indígena
Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y a sus organizaciones indígenas. “El
Gobierno ha suplantado corregidores, así de abusivo es este Gobierno. El
Gobierno ha gastado 200 mil bolivianos para traer a esos 46 hermanos. Nosotros
hemos estado dos meses taloneando porque este Gobierno nunca quiso ir a
dialogar con nosotros a nuestra Casa Grande. Lo invitamos al Presidente a
Gundonovia (en marzo de 2012) y no quiso venir. Ese mismo día fue a la
comunidad de Oromomo para dividir a la Subcentral Sécure, para regalar
motorcitos (fuera de borda). Cuando se acabe la gasolina, a ver de dónde los van
a manejar los hermanos ¡Que regale pues algo completo el Gobierno!”, dijo
Chávez.
Alguien de La Paz preguntó al presidente de la CIDOB si
existe un Estudio de Impacto Ambiental para la construcción de la carretera
Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, soñada por Morales -cuando sueña.
“Aquí hay que ser claro: el Gobierno no tiene un Estudio de
Impacto Ambiental. Quiere hacer ese camino por compromisos políticos, y con eso
se lo digo todo. Es una cuestión electoral que el Presidente ha prometido.
Cuando alguien te apoya y tú ganas, es así en este escenario de los partidos
políticos. OAS (que debiera construir la citada carretera) ha sido una de las
grandes empresas brasileñas que han apoyado a la candidatura del Presidente.
Ahora está pasando la factura, porque esta empresa tiene la misión de construir
todos los tramos camineros en nuestro Estado Plurinacional. Son compromisos
políticos. Para hacer esa carretera, el Gobierno piensa traer a profesionales
de otros lados ¿Para qué, cuando aquí hay harto profesional sin trabajo, que
anda de taxista, de llantero, hasta de picolecero?”, dijo Chávez.
Luego tomó el micrófono un señor de esta ciudad, quien
convocó a “ya no apoyar con comida ni ropa, sino apoyar para preservar al
TIPNIS, que nos atañe a todos. Tenemos que empezar a mover a los comités
cívicos, porque en este Gobierno no hay seriedad. Tenemos que denunciar cuáles
serían los impactos a corto plazo si se construye la carretera. Así, el
Gobierno podrá comprar la voluntad de algunos dirigentes, pero no la de millones
de bolivianos”, dijo. Otra señora quiso dar ánimos: “No desfallezcan, por
favor, hermanos”.
“Nosotros hacemos lo que podemos hasta donde podemos, ustedes
deben ver hasta dónde le corresponde hacer a ustedes”, dijo Chávez.
(Comisión de
Comunicación de la Novena Marcha Indígena Originaria)
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