La Novena Marcha
Indígena comenzará mañana en la ciudad de Trinidad con destino a La Paz. Más de
500 marchistas de todas las edades y pueblos deberán recorrer un camino que ya
tiene cinco puntos de bloqueo funcionales al gobierno de Evo Morales, interesado
en construir una carretera por medio del Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS). Los cortes de ruta, patrocinados por entidades afines
al Movimiento Al Socialismo (MAS), pretenden no dejar pasar a la nueva
movilización en defensa de los territorios y los derechos colectivos. Son parte
de una amplia estrategia desplegada durante los últimos meses por el Gobierno
nacional para atacar a los indígenas por todos los flancos. Pese a los
obstáculos, comunarias y comunarios de Bolivia lograron reunirse en la capital
de Beni para juntar fuerzas y salir a enfrentar los 600 kilómetros de
adversidades hasta la plaza Murillo.
“Esta tarde vamos a
revisar la plataforma de demandas para incluir las del CONAMAQ, además vamos a
trabajar en las comisiones de la Novena Marcha”, dijo el exmallku del Consejo
Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu Rafael Quispe Flores, quien también
había participado junto a su familia de la Octava Marcha Indígena, hace nada
más que seis meses.
El líder del pueblo
Aymara contó que algunos hermanos han llegado hasta este mediodía por la vía de
tierra que une a Trinidad con la ciudad de La Paz. “Han tenido que hacer
transbordo y caminar por kilómetros en varias ocasiones, porque está cortado en
Quiquibey, en La Embocada y en San Ignacio de Moxos –dijo Quispe-. Son cinco
zanjas que hay cavadas alo largo de esta la carretera, iguales a las que habían
hecho en Yucumo”, en agosto de 2011, cuando comenzó la Octava Marcha.
El Gobierno
nacional se empeña en decir públicamente que está garantizado el paso de la
Novena Marcha y como prueba de ello esgrime un papel con los sellos de goma de
algunos acólitos ignacianos del MAS. Dice que han ordenado a la Policía
Nacional intervenir los bloqueos para permitir el paso de los indígenas de la
Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y del CONAMAQ, además de
las organizaciones urbanas comprometidas en la defensa del TIPNIS. Pero las y
los marchistas reunidos en Trinidad ya no pueden creer en las palabras del
Gobierno nacional ni en su Policía, porque los conocen a ellos, a sus cintas
masking, a sus garrotes, a sus aviones.
“Pese al acoso, pese al amedrentamiento, pese al chantaje
del Estado estamos firmes en la lucha. Pese al acuerdo del Gobierno nacional
con las regionales de las organizaciones indígenas, las bases han rebasado a
sus dirigentes. Esta lucha no es solamente de los pueblos indígenas, es de
todas las bolivianas y bolivianos que no están satisfechas con la forma de
gobierno de Evo Morales. Esta lucha va más allá de la defensa del TIPNIS”, dijo
el tata Rafael. Anoche llegaron a la terminal de buses de Trinidad 50
integrantes del CONAMAQ, más algunas y algunos jóvenes paceños aliados de los
originarios. Descargaron bolsas de yute con papas, garrafas, campings. Se alojaron
en la sede de Caritas, adonde se reúnen quienes llegan. Hoy vinieron otras
delegaciones que se suman a las de guarayos, guaraníes y quechuas que, entre
otros, ya están listos para empezar la movilización. Tendrían que estar
marchando desde ayer y desde Chaparina, cerca de Yucumo, donde el Gobierno
nacional reprimió brutalmente a la Octava Marcha, el 25 de septiembre de 2011.
Por este caso, que judicialmente no avanza, no hay acusados ni responsables ni
interés gubernamental en señalar quiénes son.
Mañana la marcha se dirigirá hacia San Ignacio de Moxos,
donde recalaría una de las puntas de la carretera que iría hasta Villa Tunari,
en el trópico de Cochabamba. Este pueblo mojeño está a 90 kilómetros de
Trinidad. Quienes integran la Novena Marcha esperan que hasta llegar allí (en
cuatro o cinco días) “acumulemos más fuerza para poder pasar. Es un trayecto
largo y hay tiempo”, se mostró confiado el exmallku del CONAMAQ.
El CODELCAM (Consejo Nacional del Cambio, un avatar del
MAS) realizó el martes pasado una marcha con cuatro cuadras de gente
supuestamente a favor de la carretera. Debía haber alguna gente convencida de
querer la carretera, también había empleados de la gobernación que arreaban a
vecinos, mototaxistas que –según declararon- habían cobrado 150 bolivianos para
desfilar por la avenida Pedro Ignacio Muiba, saludar a la modelo /funcionaria
del Estado Plurinacional Jessica Jordan y, para los pocos que quedaron,
escuchar unos discursos cargados de sinsentidos y regionalismos avinagrados.
Desde la tarima,
los que marcharon a favor de la carretera y contra el TIPNIS exigieron
“identificar a quienes se oponen al desarrollo”, como si alguna persona tuviera
la vocación de “oponerse al desarrollo” porque sí. Los “malos benianos”, como
si uno debiera tener una determinada moral por pertenecer a un pueblo X. Si
existiera tal cosa, los “enemigos del progreso” estaban ahí a media cuadra de
ellos, con sus banderas del Patujú, frente a la Catedral, donde algunos “malos
benianos” dejaban paquetes de arroz y plátanos para que se vayan de marcha otra
vez a La Paz. Se irían de nuevo “a hacer turismo”, como les dijo el Presidente
el año pasado. Y al fin para los indígenas había sido un tour de garrotazos y
secuestros estatales.
“Las carreteras son
como la sangre que fluye por las venas”, salieron por los enormes parlantes las
palabras imbuidas de lirismo obsceno, dichas por un dirigente vecinal del MAS.
“Beni ya no quiere retraso”, como si alguna vez Beni hubiera decidido ser
“retrasado”.
La mayoría de las
regionales de la CIDOB prefirió no participar de la Novena Marcha, en atención
a los papeles firmados con el Gobierno para desarticular al movimiento
indígena. De todos modos, las bases, subcentrales y representantes de TCO
(territorios comunitarios de origen) de todo el país siguen llegando a
Trinidad. Mientras esperan a la hora de partida, algunos que estuvieron en la
Octava Marcha recuerdan los discursos fogosos de ciertos dirigentes contra el
Gobierno del MAS. Esos mismos dirigentes ahora se ponen sus vestidos típicos
para compartir escenario con el presidente Morales ataviado con sombrero de
saó.
Del TIPNIS
“Vengo de la comunidad Villa Fátima del Sécure, en el
TIPNIS. Estamos por acá ahorita para continuar la marcha para defender nuestros
territorios. Estamos de ida a buscar cómo solucionar los problemas con nuestro
territorio, para que nos escuche el Gobierno y que la carretera no pase por el
corazón del TIPNIS. Pedimos que respete la ley, no queremos la ley 222 de
Consulta, queremos que se respete nuestro territorio”, dijo don Hilario Noe,
con su caneco y su plato en mano, cerca de la olla común organizada en la
Central de los Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEMB).
“No he ido a la Octava Marcha, pero en la Novena voy a
participar. A la Octava no vine porque estaba enferma mi señora, igual de mi
comunidad ninguno ha ido a la Octava Marcha. Ahora nos hemos venido unas cinco
personas. Sí estuve en la primera marcha, la del 90, cuando fuimos a La Paz y
conseguimos el título de nuestro territorio”, dijo el comunario, que viajó tres
días por ríos hasta llegar a Trinidad.
“El Presidente no respeta la ley 180 (de Protección del
TIPNIS, lograda por la Octava Marcha). Él mismo aprobó la ley y ahora, como se
dice, está violando esa ley. Estamos de ida pa’ que respete lo que hizo
primero”, dijo el mojeño.
Fernando Román es corregidor de Nueva Lacea, junto al río
Sécure del TIPNIS. Estaba con su familia bajo un bibosi en puerto Varador, a
diez kilómetros de Trinidad, esperando a vender algunas canoas de palo maría.
“Hemos venido en dos días y medio, medio a motor, medio a remo, con mi esposa y
estos son mis hijos que tengo”, dijo la autoridad. Y comentó que no había
venido a la Octava Marcha porque en su comunidad no llegaron a tener
conocimiento de que se iba a hacer.
El presidente de la Subcentral TIPNIS, Fernando Vargas Mosúa, quien lideró la
Octava Marcha, se encuentra en reposo por una enfermedad que podría ser Dengue.
Por este motivo no participaría del inicio de la movilización, sino que se
sumaría cuando su salud se lo permitiera. Laida Núñez, vicepresidenta de esta
subcentral, dijo que hasta mañana al mediodía llegarían 100 originarios del
TIPNIS. Y más allá del bloqueo de Quiquibey habría indígenas de la CPILAP
(Central de Pueblos Indígenas de La Paz) que venían a marchar y todavía no
pudieron pasar. Sin embargo, mañana a las 9 los que están comenzarán a
concentrarse frente a la Catedral de Trinidad para asistir a una misa, realizar
un ritual de los pueblos y de una vez partir.
Comisión de Comunicación de la Novena
Marcha Indígena
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