Este miércoles, la Octava Marcha Indígena prevé caminar 38 kilómetros por la carretera antigua a La Paz, porque en este trayecto (turísticamente conocido como “Ruta de la Muerte”) hace menos frío y hay más agua que en la moderna vía pavimentada. Ayer, las y los marchistas descansaron en Yolosita, porque miles de pies quedaron lastimados tras las últimas jornadas de más de 30 kilómetros. Durante todo el día se dedicaron a recibir las atenciones del cercano pueblo de Coroico, pródigo en donaciones. Y comenzaron a llegar los mallkus y las mama t’allas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), quienes el lunes habían llegado a La Paz procedentes de una marcha iniciada en Oruro también para protestar contra la carretera que el gobierno de Evo Morales pretende hacer pasar por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), principal cuestionamiento de este movimiento de los 36 pueblos.
En la madrugada de ayer, el Movimiento Al Socialismo (MAS) cometió otro error al aprobar en la Cámara de Diputados una ley corta para realizar a los indígenas del TIPNIS una consulta “previa” -que en honor a la verdad sería posterior- y así saber si se quiere o no la carretera de los sueños del Presidente. Ahora este proyecto de normativa se encuentra en la Cámara de Senadores, a la espera de su tratamiento.
“No nos vamos a cansar de repetirlo: con este proyecto de ley que ha sido aprobado en grande y en detalle por los diputados, el Presidente está cometiendo nuevamente errores, errores políticos y errores jurídicos. Digo ‘errores políticos’ porque otra vez se están haciendo pulsetas para ver hasta dónde aguantamos o para ver quién tiene poder. Y se cometen errores jurídicos porque con este proyecto de ley se están contraviniendo principios nacionales, convenios internacionales y las leyes bolivianas, pues”, dijo Fernando Vargas Mosúa, presidente de la Subcentral de comunidades del TIPNIS.
“Ahora el Gobierno nacional habla de una paralización temporal de la construcción del tramo dos. Aclararle nuevamente al pueblo boliviano que no existe el tramo dos. Existe aquí un solo proyecto, que se llama ‘Carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos’. Si internamente la ABC (Administradora Boliviana de Carreteras) ha fraccionado el tramo, es un tema interno. Pero el proyecto que se aprueba es un solo proyecto, por lo tanto la ley que tenga que aprobarse tiene que anular todo este proceso, volver a foja cero, y si el Presidente quiere a partir de ahí hacer cumplir la Constitución, que desde ahí empiece nuevamente a aplicar la Constitución”, agregó.
“El día sábado habíamos pedido que ese proyecto de ley sea retirado de la agenda, porque lo consideramos inconstitucional. Ahora que la aprobaron, mantenemos nuestro rechazo y cuando lleguemos a La Paz vamos a pedir que se anule esta ley. Porque nuestra posición es bien clara: no a la carretera por el TIPNIS. Pueden hacerla bordeando al TIPNIS, esa es nuestra posición. Ahora al proyecto tendrían que rehacerlo o abrogarlo”, dijo tata Rafael Quispe Flores, mallku de Industrias Extractivas del CONAMAQ.
Yolosita
En Yolosita, 1200 indígenas se alojaron en el campamento de ArBol, paradójicamente una empresa constructora de carreteras. El gerente del lugar, un ciudadano argentino, les permitió la estadía luego de consultar a sus patrones en la ciudad de Buenos Aires. En este predio no hay un árbol ni por casualidad, el suelo es pedregoso como dicen que es la superficie de Marte. Para sumar irrealidad al panorama, entre las y los acampantes merodeaban los hombres de seguridad privada de ArBol. Su principal función era que nadie ajeno a la corporación ingresara a ciertos sectores exclusivos de los empleados.
Los marchistas con fuerzas para andar dieron unos pasos hasta el río para refrescarse. A algunos les causaba gracia que ahora los indígenas pararan en el campamento de una empresa vial, cuando en la época de San Borja (muchos kilómetros atrás) hacían de estos espacios su bunker los funcionarios del Ministerio de Gobierno como Boris Villegas más su séquito de policías y buzos.
Don Antonio Sotto Wasata estaba contento, con una cuchara rescataba del aceite trocitos de pollo que se habían recontra fritado en una gran sartén. “Mañana llega mi hijo, al que me habían apaleado los policías. Había ido a Trinidad para hacerse curar”, comentó. Así se engrosarán las filas de pueblo Canichana, con el regreso de uno de los tantos marchistas heridos por la represión policial del 25 de septiembre.
También llegaron al campamento 16 líderes quechuas y aymaras del CONAMAQ que habían marchado de Oruro a La Paz. Aseguraron que en los próximos días llegarán cientos más para mezclarse con los indígenas de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), que reúne a 34 pueblos de oriente, Chaco y Amazonía.
Varias movilidades bajaron de Coroico, a 10 kilómetros del campamento, para descargar las donaciones de su población. Decenas de pollos, camionadas de plátano, leche, agua y medicamentos fueron distribuidos entre las y los marchistas.
“Muchos hermanos quedaron mal de salud, hay muchos enfermos luego de que empezamos a caminar 30 kilómetros por día. Nos afecta el clima, la lluvia, por eso hay muchos resfríos. Y los pies están llenos de ampollas y de lastimaduras”, diagnosticó Quispe. Ayer en el campamento muchos marchistas estuvieron todo el día acostados, con los pies heridos vendados.
La Octava Marcha Indígena espera llegar a La Paz este fin de semana. Cuando estén ahí, creen que puede darse “una movilización general con otros sectores, como los profesores y mineros. Ellos nos han pedido que lleguemos y resolvamos en conjunto qué hacer. Ellos nos proponen ir al todo o nada. O no la carretera o no Evo, es la consigna que están manejando”, dijo Quispe.
“Sabemos que la Alcaldía de La Paz prepara muchos actos para nuestra llegada, pero ellos (el Movimiento Sin Miedo -MSM) tienen otro show con los partidos políticos, su pelea con el MAS, todo eso. No nos vamos a prestar al juego de la derecha, por eso vamos a llegar a un lugar neutro. Nos han ofrecido la universidad y el coliseo de San Pedro, entre otros sitios. Vamos a analizarlo”, dijo el mallku.
“Es fundamental que entremos a la plaza Murillo. Evo Morales había dicho que no podía bajar a la marcha, dijo ‘que manden una comisión’. Le dijimos que queremos hablar todos, entonces nos dijo que fuéramos a La Paz. Deberíamos entrar a la plaza Murillo porque él nos dijo que sí y si no nos dejan entrar, pues no es coherente”, agregó.
Este domingo (16 de octubre) serán en Bolivia las elecciones para los magistrados del Órgano Judicial. Ahora el gobierno de Morales dice que los indígenas llegarán a La Paz para fregar sus comicios. “No pensamos perjudicar las elecciones, la sociedad civil va a movilizarse. Al margen de ello, para nosotros estas elecciones son ilegales e ilegítimas, porque la Constitución garantiza la presencia en cada tribunal de un indígena, cuya elección se realizará respetando las normas propias. Pero esta preselección realizada de modo colonialista no garantiza la presencia de un indígena, entonces para nosotros es una elección anticonstitucional”, dijo el aymara del CONAMAQ.
En la Asamblea
“Simplemente asumimos con gran responsabilidad el mandato que nos dieron a nosotros los hermanos marchistas. Hasta aquí consideramos haber cumplido a cabalidad ese mandato, sin embargo no hemos tenido la posibilidad de conseguir lo que hubiéramos querido, porque ya se ha aprobado el proyecto del Gobierno. (Los asambleístas indígenas) hemos tenido que hacer abandono del hemiciclo, poniendo en evidencia la manipulación que ha hecho el MAS, porque no escuchó las demandas de esta marcha. Entonces no podíamos continuar en la sesión porque no podemos traicionar la decisión del movimiento indígena”, dijo Pedro Nuni, legislador del pueblo Mojeño.
“Pese a la cruel y nefasta represión de la que hemos sido víctimas, el MAS sigue empeorando las cosas en vez de apaciguarlas. No estamos en condiciones de seguir aguantando de esta manera, con represión, con falta de atención, con una discriminación total. Antes de apoyarnos en nuestras demandas, nos acusan, nos insultan, situaciones que dejan mucho que desear en este país, en el cual se cree que se respeta el estado de derecho”, dijo Nuni.
“Lo que sí queda claro es que la marcha llegará a la ciudad de La Paz. Allí nos están esperando, están organizando un gran recibimiento. Por eso esta marcha se fortalece cada día más, para llegar a La Paz y no solamente sentarse con el Presidente en el Palacio de Gobierno, sino para que sean atendidas nuestras demandas, planteadas desde el 15 de agosto”, agregó el mojeño. Según él, Morales tendrá pocas opciones ante las y los marchistas.
“Tiene dos caminos: escuchar y atender a las demandas de los pueblos indígenas -que son la base fundamental del Estado Plurinacional- para defender a la Madre Tierra. De lo contrario, que se declare como una persona más de los partidos políticos tradicionales que han pasado por Bolivia. Nosotros, los pueblos indígenas y sus representantes, estamos del lado de nuestra organización, de nuestro pueblo. Eso es lo más importante para mí: prefiero quedar bien con el movimiento indígena antes que con un partido político de una estructura vertical, que solamente piensa en el poder y se emborracha con el poder. Y que lamentablemente deja de lado los principios fundamentales del verdadero proceso de cambio”, dijo Nuni.
(Comisión de Comunicación de la Octava Marcha Indígena)
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